La selva respira, observa y calla… pero el color, impetuoso, se abre paso como un torrente imparable de vida. «Contagio Inminente» no es solo una escena natural, sino un instante de metamorfosis, donde lo inerte se rinde ante la vibración cromática que lo inunda todo.
El camaleón, ese maestro del camuflaje, se encuentra atrapado en un dilema: resistirse al cambio o dejarse permear por él. El chorro de pintura desciende como un espíritu indomable, expandiendo su influencia sobre lo que antes era sombra. En este ecosistema, los tonos apagados comienzan a ceder ante la marea de luz y pigmento, como si la propia jungla despertara de su letargo.
La obra nos habla de transformación, de la imposibilidad de permanecer inmóvil cuando la creatividad nos alcanza. ¿Es la naturaleza la que se deja invadir por el color, o es el color el que finalmente revela la esencia oculta de la naturaleza?
«Contagio Inminente» es el susurro de la inevitabilidad, la prueba de que la evolución –en el arte, en la vida– es un fenómeno imparable.